Aquel día como todos los días,desde hace años,David se levanto mas temprano que de costumbre,se sentó en el jardín y empezó a contemplar a su alrededor,esa parte de su casa era hermosa,llena de arboles frondosos y esos aromas a flores inigualables,estaba bajo aquel árbol,que su padre había plantado hace años y ese rocío en el rostro,que aliviaba un poco el vacío,que ahora sentía el silencio le gustaba.
Esa mañana,recordaba su infancia en el jardín,al lado de su padre,que hacia años no estaba ahí.
Trabajaban juntos,iban de un lado a otro,la separación de sus padres,no los había distanciado,el lo visitaba todos los días en su departamento,ahí montaron su oficina,la cual compartian,David llegaba muy temprano y a la misma hora.
-Hola papa estoy aquí.
-Que bien hijo.tenemos trabajo,contestaba su padre.
Así comenzaban su jornada,al terminar comían y salían hacer algunas vueltas,aquella mañana David entro a buscarlo,-padre lo llamo ya estoy aquí y no escucho respuesta,se dirigió a la oficina y no lo encontró,fue a su recámara y solo alcanzo a ver su pie,Don Julio estaba tirado en el suelo,al otro lado de la cama,
-Padre que te pasa?Le grito-No hubo respuesta alguna.
En ese instante recordó la visita al doctor,pues su padre no se había sentido bien,días atrás,de regreso de su visita medica,se despidió diciendo:
-Padre mañana nos vemos y Don Julio contesto.
-Hijo mañana no vengas,no me siento bien,sera mejor que trabajes en tu casa quiero descansar.
Esta bien,contesto David y se fue a casa sin pensar que era su despedida.
Ahí,bajo el árbol,lloraba recordando a su padre,creyendo que era el rocío que mojaba su rostro,sin saber que eran sus lágrimas.
MON@
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